Foster + Partners siempre ha sido guiado por la creencia de que la calidad de nuestro entorno tiene una influencia directa en la calidad de nuestras vidas, ya sea en el lugar de trabajo, en el hogar o en el ámbito público. A ello se suma el reconocimiento de que la arquitectura se genera a partir de las necesidades de las personas, tanto materiales como espirituales, y una preocupación por el contexto físico y la cultura y clima del lugar.

Foster + Partners cree que la mejor arquitectura surge de una síntesis de todos los elementos que componen e informan por separado el carácter de un edificio: la estructura que lo sostiene; los servicios que le permiten funcionar; su ecología; la calidad de la luz natural; el simbolismo de la forma; la relación del edificio con el horizonte o la apariencia de las calles; la forma en que te mueves a través de él o alrededor de él; y, por último pero no menos importante, su capacidad para elevar el espíritu. Este enfoque holístico se ve reforzado por un fuerte compromiso con los clientes a los que servimos, así como con el dominio público y los numerosos usuarios involucrados. Una alta dosis de servicio personal, junto con el respeto por los valiosos recursos de costos y tiempo, caracteriza, por lo tanto, nuestras relaciones con los clientes.