Hay lugares que contienen mil otros. Lugares ricos en referencias, atmósfera y encanto. Como el nuevo Hotel Interno Marche en Tolentino, que ya en su nombre resume el genius loci de un territorio y el relato de 60 años de historia del diseño de interiores. El hotel ha sido creado a partir de un edificio tardío Art Nouveau, antigua fábrica de la empresa Nazareno Gabrielli, más tarde sede de Poltrona Frau y residencia del empresario y mecenas Franco Moschini, quien dirigió la empresa durante años y fue un importante punto de referencia para la difusión del diseño Made in Italy en el mundo a través de Poltrona Frau y marcas como Cassina, Cappellini, Zanotta y Gebrüder Thonet Vienna, de la cual sigue siendo Presidente.

De estas raíces nace un proyecto de hospitalidad dirigido a amantes del diseño, viajeros en busca de rutas turísticas menos transitadas y profesionales que se mueven por trabajo en una zona rica en empresas. 3.600 metros cuadrados dedicados a la historia del diseño italiano e internacional con 25 habitaciones, todas diferentes entre sí, inspiradas en el estilo y la obra de diseñadores legendarios, a las que se suman 5 suites con el nombre de los movimientos estilísticos que han caracterizado el último siglo. El hotel también incluye un restaurante-bistró, un lounge bar, un spa, un gimnasio y un espacio multifuncional, distribuidos en un edificio de dos pisos inmerso en un jardín de pinos y cipreses.

El largo y minucioso trabajo de transformación de los espacios de Villa Gabrielli, que duró tres años y que implicó la restauración de frescos, la reconfiguración de los amplios espacios del siglo XX y la recuperación de las cubas de curtido, ha dado vida a una refinada casa-museo donde cada ambiente dialoga con las obras de grandes diseñadores. Más de 400 muebles y objetos, tanto de autor como realizados a medida, marcan los espacios de la estructura, en un juego de referencias y homenajes a los grandes protagonistas del diseño: de Michele De Lucchi a Marc Newson, de Giò Ponti a Lella y Massimo Vignelli, de Gae Aulenti a Vico Magistretti. Poltrona Frau es una parte fundamental de este relato, con numerosos muebles de su catálogo presentes en las habitaciones individuales y en las áreas comunes, cada uno dotado de un código QR que permite identificar al diseñador y sus particularidades.

La máxima que adorna la torre de Villa Gabrielli, "Ex nihilo nihil" ("Nada surge de la nada - De rerum natura, Lucrecio) resume bien el espíritu del proyecto: no una construcción, ni una renovación, sino la evolución de un edificio que renace con una nueva apariencia, manteniendo intacto ese espíritu del "bello, bueno y bien hecho" que caracteriza su historia.

No solo un hotel de diseño: Interno Marche también pretende convertirse en un centro territorial, una invitación a descubrir el Alto Maceratese, una zona rica en historia, arte, paisajes encantadores y deliciosas tradiciones culinarias. La ciudad de Tolentino, en particular, siempre ha sido un pequeño pero significativo centro cultural, capaz de atraer a lo largo de los siglos a personalidades de la talla de Napoleón Bonaparte, Sixto V y Francesco Sforza, hasta convertirse en el epicentro del tratado entre Francia y el Estado Pontificio en 1797. Sede aún de la empresa Poltrona Frau, que alberga un museo inaugurado hace más de diez años, Tolentino también cuenta con el Miumor (Museo del Humor en el Arte), la importante basílica del siglo XIV de San Nicolás, la preciosa catedral de San Catervo, el Castillo de la Rancia y el Puente del Diablo. Y es un punto de partida para descubrir un territorio, enclavado entre los misteriosos Montes Sibilinos, la Riviera del Conero y pueblos encaramados como Urbisaglia, Elcito o San Ginesio, así como los santuarios de Macereto y la Madonna de Loreto.